Das Kabinet des Doktor Caligari
Robert Wiene fue un director alemán de cine mudo nacido el 24 de abril de 18 73 en Breslavia, Silesia, Alemania (hoy en territorio polaco) y fallecido el 16 de junio de 19 38 en París.
Hijo del actor Carl Wiene, inició su carrera en el mundo del teatro para después vincularse al cine.
La película con la que logró destacarse es el clásico de terror El gabinete del Doctor Caligari (1920) que es considerada como la primera película del cine expresionista alemán.
Después de la ascensión de Hitler al poder en 1933 se marchó a Hungría donde filmó la opereta Una noche en Venecia y luego a París donde quiso trabajar con Jean Cocteau en una nueva versión de Caligari.
Falleció en París en 1938 de cáncer, pocos días después de finalizar el largometraje Ultimatum.
ANÁLISIS DE LA PELÍCULA
Lo que debemos comentar en primer lugar sobre esta película es su importancia histórica, pues es considerada como uno de los puntos de partida del Expresionismo Alemán Cinematográfico.
En cuanto al rodaje debemos destacar que se realiza en interiores, en platós. De esta forma se puede tener un control absoluto sobre la acción. Cobran gran importancia los decorados. En ellos se juega con las líneas diagonales, con la geometría, la proporción y las sombras. Todo con la intención de crear por un lado la profundidad de campo inexistente en el decorado en sí, y, por el otro, la de transmitir un estado anímico o sensación que potencie lo que ocurre en la trama argumental.
Debemos prestar especial atención a las ventanas y puertas y a su geometría irregular; las escaleras, los caminos y los tejados. La mayoría de estos elementos se disponen formando líneas oblicuas que se cruzan, que crispan la acción y que, en definitiva dirigen la mirada del espectador.
En esta película aparece la función simbólica del diseño. Los funcionarios se sientan en altísimos taburetes, ahí una conexión entre arquitectura y poder, igual que Wright se sentaba en una silla más alta que la de sus clientes para ejercer un mayor poder sugestivo (y usaba tacones). Pues bien, los altos asientos de los personajes son muy pocos funcionales, les cuesta mucho subir y bajar de ellos. Tampoco ofrecen mayor novedad en cuanto a diseño se refiere, son absolutamente convencionales, es en la distorsión donde está lo extraño, lo impactante.
Íntimamente relacionada con el decorado se encuentra la iluminación. Sin duda es una de las características fundamentales del Expresionismo. El contraste entre luz y sombra está muy calculado. Permite resaltar la intención dramática de la acción, destaca las cualidades o estados anímicos de los personajes. Es tan importante que incluso la llegan a pintar sobre los decorados para tener un control total sobre ella. Contribuye decisivamente a la creación de una sensación de intriga, de "terror", de miedo.
De los actores debemos comentar dos puntos:
Por un lado el maquillaje. Se "pinta" literalmente a los actores. Se les remarcan los ojos, los labios, las facciones... La intención es reforzar su "expresión" y sus cualidades. Por el otro lado, a esta tarea contribuye también el vestuario, que suele ser bastante extravagante.
En él se juega ampliamente con la temporalidad: el relato es una historia, un personaje explica y sitúa en un tiempo pasado. Además, dentro de la propia historia nos encontramos con tramas que transcurren de forma paralela o simultánea y con la representación de lo que es leído en el diario del Dr. Caligari. Sin duda se trata de una estructura temporal totalmente novedosa para el momento.
Además encontramos un elemento muy importante del cine alemán: la figura del monstruo. El miedo a lo desconocido es una herramienta que se emplea para agudizar el dramatismo de la historia. El monstruo es representado de forma inmaterial, indefinida: por ejemplo por una sombra proyectada en la pared. Lo real pero inmaterial de su presencia es lo que realmente lo hace temible.
La historia por otro lado destaca también por ser una historia dentro de otra historia. El giro final de la trama, que sin duda podemos calificar de curioso e ingenioso, deja al espectador con cierta duda. El narrador inicial resulta ser al final un loco, que ha llegado a embaucarnos a nosotros como público y que es encerrado en la misma celda en la que metieron al doctor Caligari en el relato, quien a su vez tiene un parecido muy notable al director del sanatorio. ¿Cuál es la verdadera historia?
Sin duda esta película se constituye como un ejemplo y punto de partida de la transición que el lenguaje cinematográfico experimentaría durante el Expresionismo Alemán.
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